La Real Sociedad ocupó un cómodo octavo lugar en aquel año, consiguiendo por primera vez en más de 15 años la permanencia en Primera División. Pero una racha de catorce victorias y una sola derrota en quince partidos dejó a los donostiarras en primera posición antes del último partido en Puertollano. El único gol del partido lo marcó Viqueira en el minuto 53, mandando a la escuadra una falta directa.